ACOMPAÑANTES
sábado, 1 de marzo de 2014
El otro día tuve que acompañar a un amigo a hacerse una prueba a un hospital. Cuando llegó su turno, vino a recogerlo una amable enfermera que se lo llevó del brazo mientras a mi me indicaba que pasara a la sala de espera de acompañantes.
En la sala había personas solas con una silla a su lado que contenía todas las pertenencias del acompañado; acompañantes de objetos a la espera de que el acompañado saliera a buscarlos; allí me puse yo, acompañando un abrigo y una carpeta con papeles que de poca compañía me servían a mi.
Toda una colección; unos más entregados que otros; porque si te acompañan sin prisa es mejor; con cariño y un chiste, es de sueño . Los de por obligación son la muerte. Los de pago, por desgracia, creo que son el futuro.
Que no es igual acompañar al médico, que de compras o al cine; pero, en cualquier caso , mejor que te cojan la mano, que te miren a los ojos diciendo no será nada, que se ocupen de tus cosas, que piensen por ti, que te arrastren hacia el optimismo de que después habrá una magdalena con café esperándote; que con un beso, se despierten de ese sueño narcótico echándose a llorar porque estás a su lado, sin prisa, con chiste, con la única obligación de indicarle el camino al ascensor a la planta baja.
Y, al día siguiente, cuando te dice estoy mejor, y, a los quince días todo bien, te encanta haber estado a su lado, con su abrigo y la carpeta con papeles haciéndote compañía.
3 comentarios:
Muy bonito cariño! Mmnuuaaak
Para eso están los amigos, para lo bueno y para lo malo.
Es lo que tiene ser muy amigo de los amigos; que en la espera hasta la carpeta y el abrigo los abrazo tan fuerte que parecen míos.
Y las noticias las celebramos juntos.
¡Benditos amigos!
Precioso post, Delia.
Un beso
Me has hecho llorar coño¡...lo he vivido hace muy poquito.
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