LOUBOUTIN EN EL CARRO

Mi prima Susana siempre quiere que le acompañe a Zara , dice que encuentro cosas que ella ni ve . No confío en mis poderes sino en que cuatro ojos ven más que dos y ven todavía más claro si has hecho el master de voy a Zara cada tres días , tengo localizadas a las encargadas y a la amable dependienta que me va a buscar al almacén la talla que necesito . Mi prima siempre aprovecha mi master para comprarse temporadas enteras y acabamos cargadas de prendas . El típico " cógelo por si acaso y en dos colores" te hace llegar al probador y mirar a la chica de la entrada con cara de : - ten piedad de nosotras y no nos digas que sólo podemos pasar 6 prendas por persona cuando llevamos el doble - .
La entrada a los probadores de Zara siempre me ha recordado a cuando íbamos a Andorra en coche y sólo permitían pasar una botella de alcohol por persona , y te paraba el policía para controlar , mi tío nos decía - poned cara de buenas - , porque llevábamos botellas escondidas por todos los rincones del coche ; desde entonces , gracias a su padre , las dos somos expertas en poner cara de lo que sea .
Mientras esperábamos a que se vaciara un probador y observamos que nadie llevaba menos de seis prendas encima , teniendo en cuenta que en invierno hay abrigos , plumas , botas altas , jerseys inmensos que probar  y el volumen de las prendas sube y sube hasta ocultar la cara de quien lo transporta ; mientras repasábamos todo lo que habíamos recopilado , impaciente  Susana me dice : - aquí cualquier día ponen carritos de la compra - .
 Yo no le conteste porque no quería imaginar que comprar ropa podría convertirse en el simple y rutinario acto de llenar el carro . Cuando , para mí , supone toda una ceremonia de búsqueda exhaustiva , prueba , conquista y pago  de la pieza en cuestión . Implica un verdadero placer que no cabe en un simple carro , por muy práctico que sea.
Me niego a imaginar que un día alguien nos ofrezca un carrito para poner los Louboutin fucsias antes de entrar al probador .